Una Realidad extraordinaria  
 Al llegar a este maravilloso mundo,  todos nosotros somos seres divinos, con naturaleza humana.  
 Y con el pasar del tiempo, nos  convertimos en seres humanos con naturaleza divina.  
 Como seres humanos que somos, estamos  sujetos a un proceso natural del alma.  
 A este proceso natural se le denomina  evolución.   
 Para que se pueda dar la evolución en el  Ser humano, necesitamos trascender nuestras propias limitaciones.  
 Y para poder trascender nuestras  limitaciones, requerimos de un empuje especial, a este empuje se le llama  revolución.   
 Es decir, todo ser humano, para  convertirse en ser divino, necesita revolucionar su alma.  
 Revolucionar nuestra alma es llevarla  por la escalera que nos conduce hasta nuestro Padre Madre, Creador de todo  cuanto existe.  
 Y llevarla por este camino, es salir del  camino al que estamos acostumbrados a ir.  
 Me refiero al camino de la rueda del  sufrimiento.   
 En este camino, se encuentran la mayor  parte del las personas del mundo.  
 En el que se cree que la vida es nacer,  vivir y morir, quizás tener una profesión, un trabajo, una casa y una  familia.   
 Y resolver las situaciones que se vayan  presentando en la medida que vayan llegando.  
 Una persona que haya cumplido con estas  tareas se piensa que ya ha resuelto su vida y ha cumplido con los designios a  los que fue enviado a este planeta.  
 Empero existen un segundo tipo de  personas, estas son las menos, pero también las hay en abundancia.  
 Son las que saben que vivir el anterior  proceso de nuestra alma es natural y hasta cierto punto sano, pero saben que  existe algo más.  
 Y se desconforman con su sociedad y no  encajan en el pensamiento colectivo de su comunidad.  
 A estos seres se les llama soñadores,  raros, rebeldes y hasta se les tacha de locos.  
 Sin duda esto es verdad, porque al estar  en desacuerdo con la mayoría de las personas desentonan en el ambiente donde se  desarrollan.   
 Este tipo de hermanos, son los que ya  traen en su genética todo lo necesario para comenzar un camino de  perfeccionamiento de su alma.  
 Ya están listos para comenzar el camino  de regreso al Gran Espíritu.  
 Ya se encuentran listos para comenzar la  gran hazaña de la que hablaban nuestros ancestros.  
 Son candidatos idóneos para caminar por  la escalera del perfeccionamiento.  
 Son de naturaleza idéntica a los  antiguos guerreros, águila y jaguar que nacían en las escuelas de misterios  mayores de los templos de Anáhuac.  
 Guerreros que eran capaces de las mas  grandes hazañas, incluso de dar hasta la ultima gota de sangre por su Gran  Amor.  
 Seres, que con el paso del tiempo se  convertían en hombres auténticos, capaces de los más grandes  heroísmos.   
 Poetas, escultores, pintores, sanadores  de almas, artesanos, guerreros y maestros, todos ellos sin duda seres diferentes  que anhelaban dar lo mejor de si, para con su hermanos.  
 Todos ellos sabían que el proceso para  su perfeccionamiento se basaba en el amor.  
 Todo se mide en el amor que tengamos  para con nuestro mundo, se decían para si.  
 La espiritualidad es amor, a mayor  espiritualidad en un hermano, mayor será el amor que tenga para con sus  hermanos.   
 El camino de la perfección humana  entonces, se basa en el amor que seamos capaces de expresar a nuestros  hermanos.   
 Y por ende, a mayor amor hacia nuestros  semejantes habrá mayor conciencia en nuestra alma.  
 Esto es despertar nuestro corazón, esto  es despertar nuestra alma, esto es sin duda el Despertar de la Conciencia de la  Que hablaron todos los Hombres de Dios.  
 ¡Que Así Sea!  
 Desde el Corazón.  
V.M.  Cuchampamac   
 
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