jueves, 20 de noviembre de 2008

Una Realidad extraordinaria

Al llegar a este maravilloso mundo, todos nosotros somos seres divinos, con naturaleza humana.

Y con el pasar del tiempo, nos convertimos en seres humanos con naturaleza divina.

Como seres humanos que somos, estamos sujetos a un proceso natural del alma.

A este proceso natural se le denomina evolución.

Para que se pueda dar la evolución en el Ser humano, necesitamos trascender nuestras propias limitaciones.

Y para poder trascender nuestras limitaciones, requerimos de un empuje especial, a este empuje se le llama revolución.

Es decir, todo ser humano, para convertirse en ser divino, necesita revolucionar su alma.

Revolucionar nuestra alma es llevarla por la escalera que nos conduce hasta nuestro Padre Madre, Creador de todo cuanto existe.

Y llevarla por este camino, es salir del camino al que estamos acostumbrados a ir.

Me refiero al camino de la rueda del sufrimiento.

En este camino, se encuentran la mayor parte del las personas del mundo.

En el que se cree que la vida es nacer, vivir y morir, quizás tener una profesión, un trabajo, una casa y una familia.

Y resolver las situaciones que se vayan presentando en la medida que vayan llegando.

Una persona que haya cumplido con estas tareas se piensa que ya ha resuelto su vida y ha cumplido con los designios a los que fue enviado a este planeta.

Empero existen un segundo tipo de personas, estas son las menos, pero también las hay en abundancia.

Son las que saben que vivir el anterior proceso de nuestra alma es natural y hasta cierto punto sano, pero saben que existe algo más.

Y se desconforman con su sociedad y no encajan en el pensamiento colectivo de su comunidad.

A estos seres se les llama soñadores, raros, rebeldes y hasta se les tacha de locos.

Sin duda esto es verdad, porque al estar en desacuerdo con la mayoría de las personas desentonan en el ambiente donde se desarrollan.

Este tipo de hermanos, son los que ya traen en su genética todo lo necesario para comenzar un camino de perfeccionamiento de su alma.

Ya están listos para comenzar el camino de regreso al Gran Espíritu.

Ya se encuentran listos para comenzar la gran hazaña de la que hablaban nuestros ancestros.

Son candidatos idóneos para caminar por la escalera del perfeccionamiento.

Son de naturaleza idéntica a los antiguos guerreros, águila y jaguar que nacían en las escuelas de misterios mayores de los templos de Anáhuac.

Guerreros que eran capaces de las mas grandes hazañas, incluso de dar hasta la ultima gota de sangre por su Gran Amor.

Seres, que con el paso del tiempo se convertían en hombres auténticos, capaces de los más grandes heroísmos.

Poetas, escultores, pintores, sanadores de almas, artesanos, guerreros y maestros, todos ellos sin duda seres diferentes que anhelaban dar lo mejor de si, para con su hermanos.

Todos ellos sabían que el proceso para su perfeccionamiento se basaba en el amor.

Todo se mide en el amor que tengamos para con nuestro mundo, se decían para si.

La espiritualidad es amor, a mayor espiritualidad en un hermano, mayor será el amor que tenga para con sus hermanos.

El camino de la perfección humana entonces, se basa en el amor que seamos capaces de expresar a nuestros hermanos.

Y por ende, a mayor amor hacia nuestros semejantes habrá mayor conciencia en nuestra alma.

Esto es despertar nuestro corazón, esto es despertar nuestra alma, esto es sin duda el Despertar de la Conciencia de la Que hablaron todos los Hombres de Dios.

¡Que Así Sea!

Desde el Corazón.

V.M. Cuchampamac

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