El ADN se cambia  por Resonancia
 y Paquetes de Datos
sábado 24 de julio de 2010
  Tras estudiar a fondo el ADN un grupo de  investigadores rusos formados por científicos de diversas especialidades -entre  ellos genetistas y lingüistas- ha llegado a la conclusión de que puede ser  modificado mediante sonidos y frecuencias y, por tanto, ¡por las  palabras!
 Los  lingüistas rusos descubrieron que el código genético -especialmente en la parte  menos estudiada hasta ahora- sigue las mismas reglas de todas las  lenguas.
 El  poder de la palabra sobre la salud, sostenido durante milenios por diversas  corrientes de pensamiento, quedaría así  confirmado.
Cada vez son más los científicos que están convencidos de la relación ionogenomática. ADN y Radiofrecuencia Cuántica Diferencial.
En  esta ocasión, los armónicos y las resonancias, han sido objeto detallado de  estudio por el “Institute Control of Sciences Russian Academy of Sciences de  Moscow.” y el Instituto “Lebedev“.
 EL  ADN: UN BIOORDENADOR POR ONDAS
 Konstantin Korotkov, catedrático de la  Universidad de San Petesburgo y diseñador de la cámara especial GDV (Gas  Discharge Visualization) que permite visualizar el aura de un ser vivo e  interactuar sobre ella para prevenir enfermedades contaba hace poco a nuestro  compañero Fernando Sánchez Quintana que durante la guerra fría participó como  científico en proyectos militares clasificados como “alto secreto”.
 Uno de  ellos consistía en enviar un enorme submarino nodriza hasta la costa de Estados  Unidos que debería dejar caer desde el interior, antes de retirarse, otro  submarino más pequeño con los motores y sistemas eléctricos apagados hasta que  se posara, merced a su propio peso, en el fondo del océano.
 Allí  debería esperar la eventualidad de que la guerra comenzara y lanzar entonces sus  ojivas nucleares. Llegado el momento, el submarino recibiría una orden  telepática que activaría el sistema de lanzamiento.
 Korotkov participó en aquel proyecto porque  había inventado un sensor de agujas de wolframio capaz de medir la capacidad de  una persona para comunicarse mentalmente.
 Según  su testimonio, tras un año de pruebas el proyecto fue suspendido porque “sólo”  se alcanzó un 95% de aciertos en las transmisiones telepáticas y eso era mucho  dado el objetivo final.
 
  Los  científicos rusos siempre han demostrado ser más prácticos y menos dogmáticos.  Los demás que sigan discutiendo si existen o no ángeles: ellos los  buscan.
 Pues  bien, algo similar ha hecho el biofísico y biólogo molecular Peter P. Gariaev y  otros colegas suyos del Institute Control of Sciences Russian Academy of  Sciences en Moscú.
 Mientras los investigadores occidentales se  centraban sólo en el 10% de nuestro ADN -la parte donde se localiza la  producción de proteínas- ellos han buscado en el 90% restante porque no les  resultaba creíble que millones de años de evolución hubieran hecho más  importante la parte que el todo.
 Obviamente, sus experimentos ofrecen una  visión absolutamente diferente del código genético y de la función del  ADN.
 Así,  su trabajo presenta a nuestro ADN como un bioordenador capaz de recoger y  transmitir información de su entorno a través de ondas a partir de las cuales  pueden modificarse los patrones de comportamiento de las células.
 Tal y  como recogen Gariaev y sus colaboradores enThe DNA-wave Biocomputer los  experimentos llevados a cabo en Moscú en el Institute of Control Sciences, en  Wave Genetics Inc., así como otros trabajos teóricos les han llevado a las  siguientes conclusiones:
 1º.-La  evolución ha creado en los biosistemas -organismos vivos- “textos genéticos”  articulados de acuerdo a patrones semejantes al conjunto de normas y reglas  subyacentes en todas las lenguas humanas en los que los nucleótidos del ADN,  dotados de frecuencias cargadas de información, juegan el papel de caracteres. Y  a partir de esos “textos genéticos” se van conformando los distintos procesos  orgánicos, Siendo pues el ser humano, en definitiva, un “bello discurso” de la  Naturaleza.
 2º.-El  aparato cromosómico actúa como antena de recepción y transmisión de “textos  genéticos”, los descifra, los codifica y los reenvía.
 3º.-Y  aun más, los cromosomas de los organismos multicelulares constituyen. en forma  replegada. una puerta holográfica (capaz de reproducir la imagen de todo el  organismo en cada una de su partes) abierta al espacio y al tiempo.
 
   EL  CÓDIGO GENÉTICO, NUESTRA PRIMERA LENGUA
 Para  su estudio del ADN, Gariaev -director del Instituto de Biología y Medicina por  Ondas en Moscú y miembro de la Academia Rusa de Ciencias Naturales, de la  Academia Rusa de Ingenierías y Medicina, y de la Academia de Ciencias de Nueva  York- se rodeó de físicos del renombrado Instituto Lebedev: biólogos  moleculares, biofísicos, genetistas, embriólogos y lingüistas. 
 Y  desde ese campo comenzaron a llegar las sorpresas…
 Como  se sabe, la Lingüística es la ciencia de la estructura de los idiomas. Investiga  no sólo los idiomas naturales que se desarrollaron en las distintas naciones y  culturas sino también los idiomas artificiales usados; por ejemplo, para  programar los ordenadores. 
 Bueno,  pues a partir del estudio comparado de la semántica, la sintaxis, las bases de  la gramática y otros aspectos del estudio de las lenguas con la configuración  del código genético y la síntesis de proteínas llegaron a la conclusión de que  éste comparte con nuestros idiomas las mismas reglas. 
 No con  los idiomas locales sino a un nivel más profundo donde todas las lenguas  presentan estructuras comparables a la hora de unir caracteres para formar  mensajes inteligibles. 
 Una  relación que puede que nos extrañe menos si ponemos en relación el lenguaje de  los propios lingüistas con el de los biólogos y vemos que, por ejemplo, definen  el fonema como la unidad mínima de una lengua que no se deja analizar en  unidades más pequeñas (nucleótido) y cuya función se define a través  de:
 a)  Su expresión. Que es la materialización de los mismos (el sonido  vibracional, la onda)
 b)  Su forma. Que es el lugar que ocupan en el sistema (la cadena de ADN).  Y,
 c)  Su contenido. Que será el papel que puedan desempeñar dentro de la economía  gramatical de una lengua (la formación de determinadas proteínas en función de  sus relaciones).
 También han descubierto que la inteligencia  subyacente en los procesos que dan lugar a una lengua se da ya en la  interrelación y elección de compañeros para la síntesis de proteínas a nivel del  ADN.
 Si el  ADN y el código genético existían ya antes de que los primeros humanos dijeran  una sola palabra articulada es fácil deducir que cada lengua se desarrolló a  partir del modelo básico existente en la estructura de nuestro código genético  siendo éste la fuente de todas las lenguas.
 Esto  no quiere decir que la capacidad de hablar sea sólo un efecto secundario de las  proteínas elaboradas por algunos genes sino que el orden de los nucleótidos en  el ADN sigue un plan inmaterial inteligente que ha sido imitado en la estructura  de nuestros idiomas. 
 “A  través de una señal láser y sus campos electroacústicos solitónicos -podemos  leer en The DNA-wave Biocomputer”- es como el gen ‘lee y entiende’ estos textos  de manera similar al pensamiento humano. 
 Pero a  su propio nivel genómico de ‘razonamiento’. Esto significa que los textos  humanos (independientemente del idioma usado) y los textos ‘genéticos’ tienen  características matemático-lingüísticas y entrópico-estadísticas similares, y  donde en caso de los textos ‘genéticos’ los caracteres se identifican con los  nucleótidos”.
 En  otras palabras, si el ADN entiende ciertas frecuencias entonces puede  establecerse un tipo de intercambio de información con él.
 Este  descubrimiento es absolutamente convergente con el ya realizado por la línea de  estudio Germano-Española, Dr.Broers Dr.Guerrero (IRCAI )etc…y explicaría la  lógica biocomputacional de los procesos de señales dentro del ADN, y también la  existencia de procesos de datos en la codificación- comunicación neurogenética,  tal y como expone López-Guerrero.
 De  hecho, la consistencia del D-KG y su análisis depararán ulteriores avances que  suponen ya una revolución absoluta de la  ciencia.
  DE  LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
 Hay  que agregar que para probar el alcance de su teoría el equipo de Gariaev realizó  experimentos modulando ciertos patrones de frecuencia ¡y consiguió reparar  cromosomas dañados por rayos X! 
 Tal y  como explican Grazyna Fosar y Franz Bludorf en su libro Vernetzte Intelligenz  -en el que se ocupan ampliamente de las investigaciones de Gariaev- llegaron  incluso a capturar patrones de información de un ADN y lo implantaron en otro  reprogramando así las células de éste De esa manera consiguieron ¡transformar  embriones de rana en embriones de salamandra! 
 Insistimos: simplemente transmitiéndoles  nuevos patrones de información del ADN. Un proceso que se realizó sin los  efectos colaterales derivados de la manipulación directa de los  genes.
 Pues  bien, los investigadores rusos están convencidos de que armonizando los sonidos  que emitimos -es decir, palabras- en una determinada frecuencia se puede llegar  a influir en el ADN. 
 Ello  quizás pudiera explicar los sensacionales descubrimientos del investigador  japonés Masaru Emoto (vea el artículo La estructura del agua cambia con el  sonido, las emociones y los pensamientos publicado en el nº 52) quien ha  demostrado -a través de experimentos repetibles y acompañados de gran cantidad  de imágenes gráficas- cómo las palabras y la música son capaces de alterar la  estructura molecular del agua. 
 También podríamos entender mejor cómo el  sonido de los cuencos de cuarzo puede curar el cáncer. 
 Recordemos también a este respecto que el  doctor Mitchell L. Gaynor -director del Departamento de Medicina Oncológica e  Integrativa del Centro Strang-Cornell para la prevención del cáncer de Nueva  York- afirmó haber utilizado terapéuticamente con éxito el sonido obtenido en  los cuencos de cuarzo en cientos de pacientes. 
 Hablamos, en definitiva, de la posible  explicación del poder de la Musicoterapia pero también de por qué funcionan las  afirmaciones positivas, los mantras, las inducciones hipnóticas y, por supuesto,  la oración. 
 Recordemos que desde hace miles de años los  maestros espirituales vienen insistiendo en la posibilidad de alcanzar a través  de la oración, la repetición sistemática de palabras o frases -mantras- o los  estados alterados de conciencia la posibilidad de actuar sobre la propia salud y  la de los demás. 
 El  problema es encontrar las frecuencias con las que entrar en resonancia con  nuestro propio yo interior -¿nuestro propio ADN?- porque, tal y como han  demostrado los mencionados científicos rusos, la vibración y el lenguaje en  lugar del arcaico proceso de cortar y pegar puede llevar a triunfar a lo que  podríamos denominar la genética de ondas. Ahora bien, ¿se pueden obtener las  claves de tan especial “gramática”?.
 UNA  ANTENA GIGANTE
 
  Hay  que decir que la base de todo este complejo proceso de intercambio de “textos”  en forma de sonidos está, según comprobaron Gariaev y sus colegas mediante  experimentos, en la naturaleza vibracional. 
 Concretamente, el ADN se expresa -según los  investigadores rusos- a través de ondas solitónicas, ondas que pueden almacenar  información durante mucho tiempo y son capaces de propagarse sin deformarse a  grandes distancias en medios no lineales.
 Cuando  hablamos de información pensemos que a diario las ondas de radio y televisión,  por ejemplo, trasladan información de un lado a otro. 
 Pero  para hacernos una idea de la capacidad de las ondas solitónicas recordemos que  ya en 1988 Thierry Georges y su equipo del Centro de Investigación y Desarrollo  de France Telecom combinaron ondas solitónicas de diferentes longitudes para  realizar una transmisión superior a un terabit por segundo (1.000.000.000.000  bits / segundo).
 “La  mayoría -explica Gariaev- intenta entender los principios del ordenador  biológico que es el ADN a través de una fijación exclusiva a las reglas del ADN  de Watson, Crick y Chargaff: la igualdad entre las bases adenina-timina,  guanina-citosina. ¡Y eso es correcto pero no suficiente! 
 El ADN  cromosómico en los sistemas vivos tiene atributos de onda que nos llevan a una  dimensión desconocida. El ‘muy conocido’ código genético es tan sólo la parte  del código referida a la síntesis de proteínas… y nada más. 
 Pero  los cromosomas trabajan como ordenadores solitónicos holográficos bajo la  influencia de radiaciones láser endógenas del ADN”. 
 Las  consecuencias de todo esto son tan incomprensibles como simples y lógicas: si  uno modula un láser con una determinada frecuencia puede afectar con ella la  información de las ondas del ADN y, así, la información genética en sí  misma.
 Para  ello el ADN funciona como una antena cuyas características técnicas vienen  determinadas por su tamaño. La molécula extendida tiene alrededor de dos metros  de larga y una frecuencia natural de 150 megahertzios. 
 Curiosamente esta frecuencia está exactamente  en la banda utilizada por el radar humano para las telecomunicaciones e  ingeniería de microondas. Es decir, que nosotros usamos exactamente el mismo  rango de frecuencia para recibir y emitir señales a nivel de ADN que en nuestra  tecnología. Singular “coincidencia”.
 Además  el ADN puede también almacenar ondas armónicas de 150 megahertzios. Lo mismo que  la luz visible. La 22 octava de 150 megahertzios queda directamente en este  rango… y el color de esta radiación lumínica es el azul. ¿Será también una  coincidencia que la radiación solar se descomponga en la atmósfera terrestre de  tal manera que nosotros vivimos en un mundo con el cielo azul?
 Es  decir, el ADN -según las investigaciones científicas de los rusos- no sólo puede  resultar afectado por la radiación electromagnética de forma dañina -algo que ya  sabíamos- sino que también puede ser alterado en la dirección contraria con la  radiación adecuada porque, en el fondo, para ello somos portadores de un  microchip electrobiológico, un superconductor que toma la información  electromagnética del ambiente, la almacena y posiblemente después de codificarla  puede también emitirla.
 Este  hecho abre posibilidades desconocidas hasta ahora para la medicina.  
 Porque  con los dispositivos adecuados, igual que ahora aplicamos corrientes  electromagnéticas para ayudar a la recuperación de una lesión ósea o muscular…  en el futuro podremos actuar sobre el metabolismo celular y desarrollar nuevas  terapias contra las grandes enfermedades. 
 Hasta  la reparación de defectos genéticos sería posible sin los riesgos y los efectos  secundarios de los procedimientos actuales.
 UNA  PUERTA AL ESPACIO Y EL TIEMPO
 
  Bien,  pues con resultar increíbles las posibilidades de los descubrimientos realizados  por los investigadores rusos aún existen otros descubrimientos que nos sitúan al  borde mismo de la Imaginación -con mayúsculas- porque nos hablan de una  comunicación a nivel cuántico de nuestro ADN que rompería las barreras del  espacio y del tiempo lo que confirmaría la visión holística de un ser humano  interrelacionado con todo y con todos.
 Los  científicos rusos descubrieron con sus experimentos que la oscilación vibratoria  de nuestro ADN puede causar patrones de perturbación en el vacío produciendo así  agujeros de gusano magnetizados, equivalentes microscópicos de las  perturbaciones Eisntein-Rosen formadas en las inmediaciones de los agujeros  negros. 
 Y  recordemos que los agujeros de gusano son considerados por la Física teórica  como túneles que conectan áreas completamente diferentes del universo a través  de los cuales se puede transmitir información fuera del espacio y del tiempo.  
 Pues  bien, a través de los agujeros de gusano microscópicos el ADN podría atraer  información de más allá del vacío e incorporarla a nuestra conciencia.  
 En la  Naturaleza, la hipercomunicación se ha venido produciendo con éxito durante  millones de años. El comportamiento social de los insectos podría servirnos de  prueba, como bien recuerdan los ya mencionados Grazyna Fosar y Franz Bludorf.  Cuando una hormiga reina es separada “espacialmente” de su colonia la  construcción continúa de acuerdo a lo planeado. 
 Sin  embargo, si se mata a la reina se detiene todo el trabajo en la colonia. Ninguna  hormiga sabe qué hacer. Aparentemente la reina es la portadora de los “planes de  construcción” y los envía incluso desde muy lejos por medio de la “conciencia  grupal” de sus súbditos. Ella puede estar tan lejos como quiera… en tanto esté  viva.
 En el  hombre tenemos ejemplos que hasta ahora han sido considerados más o menos  anecdóticos y que podrían referirse a este tipo de hipercomunicación que  normalmente es experimentada como inspiración o intuición. 
 El  químico ruso Dimitri Mendeleyev aseguraba que había visto en sueños la clave  para la organización de la tabla periódica de elementos. El también químico  Friedrich Kekulé mantenía que había deducido la estructura hexagonal de la  molécula del benceno después de soñar con una serpiente que se mordía la cola.  Igor Stravinsky escuchó en su cabeza mientras dormía La consagración de la  primavera; Giuseppe Tartini, su sonata El trino del diablo interpretada por el  propio Satanás. 
 Y fue  un sacerdote asirio quien reveló en sueños al historiador Herman Hilprecht la  traducción exacta de la inscripción cuneiforme de la llamada “piedra de  Nebuchadnezzar”.Cabe añadir que cuando la hipercomunicación tiene lugar uno  puede observar fenómenos especiales en el ADN. Los científicos rusos irradiaron  muestras de ADN con luz láser en cámaras especiales. 
 En la  pantalla se formó un patrón de ondas típico. Y cuando retiraron la muestra de  ADN los patrones de onda no desaparecieron: permanecieron. Bien, pues muchos  experimentos de control demostraron que el patrón seguía proviniendo de la  muestra retirada cuyo campo energético aparentemente subsistía por sí mismo.  Este efecto fue denominado “efecto del ADN fantasma”. 
 Se  supone que la energía del espacio exterior y del tiempo todavía fluye a través  de los agujeros de gusano después de retirar el ADN. Vladimir Poponin, físico  cuántico reconocido mundialmente por sus estudios sobre las interacciones entre  los campos electromagnéticos y los sistemas biológicos e investigador del  Biochemical Physics of the Russian Academy of Sciences se refería así a ese  efecto fantasma: “Después de reproducir esto muchas veces y verificar el equipo  de todas las maneras concebibles nos vimos obligados a aceptar la hipótesis de  trabajo de que alguna nueva estructura de campo estaba siendo excitada desde el  vacío físico. 
 Y lo  denominamos ‘ADN fantasma” para dar énfasis a que su origen está relacionado con  el ADN físico. No hemos observado ese efecto todavía con otras sustancias en la  cámara. Después de ese descubrimiento iniciamos un estudio más riguroso y  continuo de estos fenómenos. 
 Y nos  encontramos que con tal de que el espacio de la cámara no se perturbe se puede  medir ese efecto durante largos periodos de tiempo. Lo hemos observado durante  un mes en varios casos. Es importante dar énfasis a que dos condiciones son  necesarias para observar el ADN fantasma. El primero es la presencia de la  molécula de ADN y la segunda es la exposición del ADN a una débil radiación de  láser coherente.
  Esta última condición puede darse con dos frecuencias diferentes de radiación del láser. Quizás el hallazgo más importante de estos experimentos es que proporcionan una oportunidad de estudiar la subestructura del vacío bajo perspectivas estrictamente científicas y cuantitativas. Es posible debido a la habilidad intrínseca del campo fantasma de acoplarse con los campos electromagnéticos convencionales”.
Esto  implica que en ese acoplamiento podría producirse una transmisión de información  desde lo que hoy consideramos “vacío”. Se abre así todo un mundo de maravillas.  De hecho, podría estar sucediendo que nuestro ADN estuviera recibiendo desde el  primer día sus “instrucciones de montaje” desde más allá del espacio y del  tiempo conocido, desde el vacío o más allá si lo hay. Y a partir de esas  instrucciones la naturaleza holográfica del ADN iniciaría el proceso de  organización.
 “Los  solitones del ADN -puede leerse en DNA-wave Biocomputer- tienen dos tipos  conectados de memoria. El primero involucra la capacidad de los sistemas no  lineales para recordar modos iniciales de energetización y repetirlos  periódicamente. Los cristales líquidos de ADN dentro de la estructura del  cromosoma forman un sistema no lineal. El segundo es el del ADN total en un  organismo. 
 Tal  memoria es un aspecto no localizado del genoma. Es cuasi-holográfico/fractal y  tiene que ver, como es el caso para cualquier holograma o fractal, con la  propiedad fundamental del biosistema, es decir, su habilidad de restaurar el  todo a partir de una parte. Esta propiedad es bien conocida. Recordemos el  crecimiento de las plantas dañadas, la regeneración de la cola de un  lagarto…)”.
 Fuente: Misterios de la  Astrofísica.
 
