martes, 28 de octubre de 2008

EL ATMAN
Enseñanza de los Vedas
La dicha es la naturaleza esencial del hombre. El hecho central del ser humano es su divinidad inherente.
La naturaleza esencial del hombre es divina, pero ha perdido la conciencia de ello debido a sus tendencias de vicios repetitivos y al velo de su ignorancia.
El hombre, en su ignorancia, se identifica con el cuerpo, la mente y los sentidos. Al trascender éstos, se vuelve uno con Brahman, o lo Absoluto, el cual es pura bienaventuranza.
Brahman, o lo Absoluto, es la realidad más plena y la consciencia más completa. Ese más allá que no es nada, ese Ser inherente a todas las cosas, es el Atman o Brahman. El Atman es la Consciencia común a todos los seres. El ladrón, la prostituta, el barrendero, el rey, el maleante, el santo, el perro, el gato, la rata..., todos compartimos un Atman común.
Sólo en los cuerpos y mentes existen diferencias aparentes y ficticias. Existen diferencias de colores y opiniones, pero el Atman es el mismo en todo.
Si eres muy rico, puedes tener un barco, un tren o un avión particulares para tus intereses egoístas. Pero no puedes tener un Atman privado. El Atman es común a todo. No es propiedad privada de ningún individuo.
El Atman es uno entre la diversidad. Es constante entre las formas que vienen y se van. Es la Consciencia pura, absoluta y esencial de todos los seres conscientes.
La fuente de toda vida y de todo conocimiento es el Atman, tu Ser interno. Este Atman, o Alma Suprema, es trascendente, inexplicable, indefinible, inentendible, indescriptible, todo paz y todo dicha.
No hay diferencia entre el Atman y la dicha. El Atman es la dicha misma. Dios, la perfección, la paz, la inmortalidad y la dicha son la misma cosa. La meta de la vida es alcanzar la perfección, la inmortalidad o Dios. Cuanto más se aproxima uno a la Verdad, más feliz se vuelve. Pues la naturaleza esencial de la Verdad es la dicha positiva y absoluta.
No hay dicha en lo finito. Ésta sólo se halla en lo Infinito. La dicha eterna sólo puede obtenerse del Ser eterno.
Conocer al Ser es disfrutar de la dicha eterna y la paz imperecedera. La realización del Ser confiere la existencia eterna, el conocimiento absoluto y la dicha imperecedera.
Nadie puede entrar a los planos elevados sino por medio de la realización del Ser. La búsqueda de lo Absoluto, del Todo, debería emprenderse aun a costa de tener que sacrificar lo más querido, incluso la vida, e incluso teniendo que cortejar al dolor.
Puedes permanecer en una cueva en los Himalayas durante cien años en contemplación absoluta, practicar Pranaiama durante cincuenta años, pero no podrás alcanzar la emancipación sin lograr la realización de la unidad del Ser a través del despertar de la consciencia Divina.
EL PROCESO DE LA MEDITACIÓN
No puede llegarse al Conocimiento sino por medio de la meditación. El aspirante ha de buscar con intensidad, persistencia, disciplina y pasión en su espíritu, en su propia alma, y entonces se manifiesta la Verdad.
Por medio de la meditación regular vas creciendo gradualmente en espiritualidad. La llama divina crece y se vuelve más y más brillante.
La meditación te confiere, gradualmente, la luz eterna y la intuición.
Por medio de la práctica constante de la concentración y la meditación, la mente se vuelve tan pura y transparente como un cristal. Es el único medio verdadero para abrir tu percepción psíquica y activar tu tercer ojo.
El estrépito de la lucha por las cosas mundanas se va reduciendo más y más al irse uno abstrayendo en el interior de sí mismo. Este nuevo plano tiene sus leyes propias. La música es distinta. Sus notas son muy dulces. Todo tiende a ser mejor.
La pureza del despertar espiritual cambia la perspectiva propia y uno empieza a buscar devotamente sólo aquello que le produzca, a la larga, una felicidad y una paz verdaderas y perennes. La búsqueda de ventajas materiales e inmediatas se vuelve, por tanto, menos urgente.
La meditación te guía más y más hacia lo verdadero que esta en el interior de ti mismo, de lo grosero a lo sutil, de ello a lo más sutil, y de ahí a lo más excelso, el Espíritu Supremo.
Al trascender la conciencia del cuerpo meditando en la Divinidad , uno logra el dominio universal. Todos sus deseos son entonces satisfechos.
La meditación es el único camino real adecuado para alcanzar la inmortalidad y la dicha eterna. La paz y la dicha no pueden hallarse en los libros, iglesias ni monasterios. Sólo pueden lograrse cuando amanece el Conocimiento del Atman.
El libro más grande y poderoso se halla en tu propio corazón. Abre las páginas de este libro inagotable que es la fuente de todo conocimiento. Al conocerte a ti mismo, conocerás entonces todo.
Cierra los ojos. Abstrae tus sentidos. Aquieta tu mente. Silencia los pensamientos bulliciosos. Apacigua tus ondas mentales. Sumérgete profundamente en el Atman o el Ser, el Alma Suprema, Luz de Luces y Sol de soles. Todo conocimiento te será entonces revelado. Todas tus dudas se desvanecerán. Todas las angustias mentales desaparecerán. Todo tipo de discusiones acaloradas y debates coléricos tocarán a su fin. Sólo permanecerán la paz y el Conocimiento.
Todos los nombres y todas las formas se desvanecen en la meditación profunda. En ese estado se experimenta la conciencia de un espacio infinito, Pero también esto desaparece para dar lugar a un estado de nada. De pronto, amanece la iluminación, el Nirvikalpa Samadhi.
La dicha del Samadhi
El Samadhi es la más elevada realización. Durante este estado se intuye la Realidad en su totalidad. Es la experiencia de la unidad con lo Absoluto. Se experimenta la superconsciencia bráhmica, en lugar de la inanimada consciencia individual.
A la experiencia de lo Absoluto se le llama Samadhi. Consiste en la liberación de la aflicción, o la dicha absoluta. El Samadhi no consiste en la negación de la personalidad, sino en su consumación. En ese estado de iluminación suprema se siente la unión entre sujeto y objeto. No ves nada más, ni oyes nada más, ni conoces nada más.
El conocimiento sencillamente ilumina. No te exige hacer nada tras esa iluminación.
Conocer es existir. El conocer y el existir no pueden separarse. Chit (el conocimiento) y Sal (la existencia) son una misma cosa. Pero donde prevalecen el conocimiento absoluto y la existencia absoluta, también hay dicha absoluta.
La dicha de la realización del Ser no puede describirse con palabras. Una tranquilidad que nada puede perturbar, una paz suprema sin ninguna agitación, una luz y una dicha sin mezcla, tal es el destello de la realización del Ser.
El placer sensual no es nada comparado con la dicha de la meditación y el Samadhi. Elévate por encima de la vida sensorial. Despierta y comprende que eres el Atman puro e inmortal. Contempla al Atman, único en todos los seres, y alcanza la inmortalidad y la dicha eternas.
Escucha acerca del Atman o el Alma. Luego entiéndela. Después reflexiona acerca de ella. Más tarde, medita en ella. Y, finalmente, realízala. Tat Tuam Así: Tú Eres Ello.
¡Tú eres el Atman! Entiende esto y sé libre. Nada puede impedirte que logres la realización de tu naturaleza esencial.
La realización del Ser no es una invención. Es tan sólo el descubrimiento del Ser. Es conocer el propio Ser. Es una toma de conciencia.
La realización del Ser no es algo que vaya a lograrse por vez primera. No necesitas, en realidad, alcanzar o llegar al Atman o al Ser. Eres verdaderamente el Atman o el Ser Supremo. Sólo necesitas abrir tus ojos internos.
La filosofía Vedanta urge al individuo a alcanzar su propia libertad, gloria y dignidad. Conoce la fuente de la libertad, la raíz de la dicha, y sé libre.
La dicha es en verdad tu naturaleza esencial. Es tu derecho de nacimiento. Eres el heredero glorioso de la dicha infinita. Realiza esta dicha ahora mismo, en este mismo segundo.
No busques fuera de ti la luz, la paz, la felicidad ni la dicha, sino dentro de ti mismo. La salvación, no se halla en el cielo ni en el monte Kailas. El tesoro divino, supremo e inagotable, la perla átmica, se halla oculta en la estancia de tu propio corazón, en una urna de silencio. Descubre la verdadera Realidad en el corazón mismo de tu propia subjetividad, en las profundidades mismas de tu propio ser.

De lidaspears@supercabletv.net.com

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